Ética profesional: Un Desafío Clave para el Futuro
La Universidad Arturo Prat (UNAP), con una larga trayectoria en la formación de profesionales en diversas disciplinas en la región, enfrenta un desafío común a todas las instituciones de educación superior. En que sus egresados y egresadas no solo posean el conocimiento técnico necesario para sus profesiones, sino que también actúen con un fuerte sentido ético en el ejercicio de sus labores.
En una sociedad donde la honestidad e integridad profesional han cobrado mayor relevancia que nunca, tanto en el ámbito privado como en el público, los egresados de la UNAP están llamados a demostrar que su formación se sustenta en valores sólidos y un compromiso con la integridad. Este compromiso ético es esencial no solo para generar confianza en la sociedad, sino también para mantener el respeto y la credibilidad en sus respectivas profesiones.
El contexto actual, con crecientes escándalos de corrupción, malas prácticas laborales y negligencia en diversas áreas, ha puesto de relieve nuevamente la necesidad de profesionales capaces de decidir en base a principios éticos firmes. Los egresados de la UNAP deben considerar que cada acción que toman en el ámbito laboral tiene repercusiones más allá de lo inmediato. Tal como dice su lema, “Conocimiento y Territorio”, es consecuente con respetar la legalidad, la equidad y la justicia en el ejercicio de la profesión.
La Universidad, por su parte, juega un rol fundamental en la formación de estos futuros profesionales éticos. A través de cátedras, talleres y actividades prácticas que reflexionen acerca de la rectitud, la UNAP tiene la oportunidad de promover la aplicación del conocimiento para el bien colectivo como un componente clave del perfil de egreso. Es imprescindible que en los planes de formación curricular los estudiantes no solo aprendan las últimas tendencias y tecnologías de sus campos, sino que también los guíen para reflexionar sobre cómo aplicar esos conocimientos en beneficio de la sociedad. El fomento de la ética debe ser transversal, desde las primeras clases hasta las prácticas profesionales.
En conclusión, la ética no es una opción o un complemento en la vida profesional; es un pilar indispensable. Los egresados de la UNAP deben estar preparados para enfrentar los desafíos éticos que surgen en sus carreras y hacerlo con una visión clara del impacto positivo que sus acciones pueden generar en la sociedad. Solo así podrán contribuir al desarrollo de una sociedad más justa, equitativa y próspera.
Este es el desafío que tenemos por delante, y es responsabilidad de todos en la universidad, docentes, administrativos, estudiantes y egresados, para construir un futuro en el que la ética sea el motor de una transformación social real.