Con 13 años en la Universidad Arturo Prat en distintas etapas en su vida, este joven investigador se ha convertido en un científico pionero a nivel internacional en lo que respecta a la investigación de la medicina de altura.
Muchos pequeños sueñan con ser superhéroes y hacer cosas fantásticas, pero Eduardo Peña Ortiz es uno de aquellos pocos que puede decir que los ha cumplido con creces, incluso si se piensa que el destino torció sus deseos y por una grave lesión dejó el skate por la investigación y las ciencias.
Hoy Eduardo Peña, titulado de la carrera de Ingeniería en Biotecnología UNAP, además de Doctor en Farmacología y Fisiología de la Universidad Autónoma de Madrid, se siente contento plenamente con lo que hace, y desde un tímido estudiante se ha transformado en un investigador, astronauta, académico y en la actualidad, Director del Instituto de Estudios de la Salud de la Universidad Arturo Prat (IES-UNAP), lo que le ha posibilitado investigar y alcanzar, junto a su equipo, notables avances a nivel nacional e internacional, abordando lo que se conoce como la medicina de altura.
La verdad es que desde muy pequeño quise ser investigador y lo sé porque cuando llegué al IES -UNAP, empecé a tener flashback donde me veía de niño jugando a ser científico, eso fue siempre lo que quise. Ahora la verdad es que siendo muy joven también quería ser un skater profesional y pasaba practicando todo el día, pero una lesión no me permitió continuar y comenzó a cautivarme la ciencia. Hoy se con seguridad que el haber elegido ser un investigador fue la mejor decisión que he tomado en la vida”
Afirma que en el abismo de la ciencia uno siempre va cayendo “Entras en el vicio del científico donde tu respondes una pregunta y se te abren 10 más, respondes a esas y se te abren 1.000 más y así no paras, es un juego constante, pero es un juego que contribuye al desarrollo de la humanidad”.
Por ello, cree firmemente que la pasión es un elemento fundamental a la hora de escoger qué hacer a futuro, recalcando a sus estudiantes que elijan lo que quieran, pero que siempre esté presente la pasión en ello. “Existe no sé porque este pensamiento casi colectivo en el cual muchos jóvenes creen que tienen que pasar por la Universidad, tener un buen trabajo e ingresos, pero si la pasión no está y todo se vuelve una rutina, al final esto será solo veneno puro, porque todos necesitamos aventurarnos y hacer cosas que nos motiven para seguir avanzando “.
CIENCIAS
¿Cómo llegaste a la Universidad?
Llegué estudiando Biología a la UNAP, gracias a la beca Hijos de Iquique. En mi primer y segundo año me fue muy bien y con el paso del tiempo conocí el IES, donde me llamó mucho la atención las técnicas que utilizaban y como trabajaban en general. Partí así observando y haciendo de todo, ayudando en lo que me pedían, fue una época de mucho aprendizaje y tuve muy buenos maestros que me guiaron. Estaba ya en el segundo año de la carrera de Biología cuando tomé la decisión de cambiarme a Ingeniería en Biotecnología, me encantó y eso incentivó mis ganas de explorar e investigar guiado por mis tutores, el Dr. Julio Brito y la Dra. Patricia Siqués, quienes me mostraron que las ciencias podían ser parte de mi futuro profesional.
Una vez que terminé la carrera, además de titularme como Ingeniero en Biotecnología fui papá, lo cual fue una doble motivación y motor para seguir creciendo. Después obtuve el apoyo del Gobierno Regional para realizar un máster en España y, paralelamente, escribía la historia de una molécula, trabajo que vieron mis tutores y me instaron a que lo publicara.
Una vez que volví de España, lo hice con una alta productividad científica, lo que fue reconocido por las autoridades universitarias quienes me becaron para que realizara mi doctorado en Farmacología y Fisiología de la Universidad Autónoma de Madrid. Dentro de ese proceso ocurrió que el Instituto de Estudios de la Salud publicó un artículo científico basado en las alteraciones de los triglicéridos en las personas que están a gran altura o con déficit de oxígeno, estableciendo la NASA que ese texto era lectura obligatoria, abriéndose un vínculo que me permitió además del doctorado, hacer clases y ser papá, participar en el programa como astronauta científico en la NASA.
¿Cómo llegó a ser director del IES- UNAP?
Tras acogerse a retiro el Dr. Julio Brito el 2021, asumí la Dirección del Instituto, con el apoyo de un equipo de jóvenes investigadoras. La verdad es que, durante los últimos 5 años, el Dr. Julio Brito y la Dra. Patricia Siqués me fueron enseñando y preparando para el cargo, que es más de liderazgo que de jefatura, y que me ha permitido consolidar el trabajo que estamos efectuando junto a un equipo de especialistas muy jóvenes y de gran nivel. Así nuestras investigaciones y descubrimientos han contribuido a un área de la cual se sabe aún muy poco como es la medicina de altura.
¿Cómo le gustaría dejar el Instituto en 30 años más?
La verdad es que me gustaría que los esfuerzos que hemos realizado en estos dos años por pasar de ciencia básica a ciencia aplicada se reflejaran en un cambio en las políticas de salud pública de Chile. Eso es lo que nosotros esperamos para que lo que hoy estamos investigando y descubriendo va en beneficio directo de las personas que se exponen a la altura, mineros, turistas, Guardia Fronteriza y Ejército de Chile entre otros.
Deseamos, además generar una masa crítica que se forme en la región y genere nuevos conocimientos para la misma, evitando y mitigando los efectos de la gran altura.
¿Se puede hacer Ciencia desde las Regiones?
Totalmente se puede hacer ciencia de calidad, se puede hacer ciencia de nivel internacional y creo que el Instituto de la Salud de nuestra Universidad lo ha demostrado, por lo cual mi llamado a los estudiantes es que busquen a sus maestros, a sus profesores para que los puedan guiar para desarrollar la investigación en la región de Tarapacá.
Hoy estamos trabajando con productos nutracéuticos generados también en la región; estamos trabajando con enfoque hacia la mujer, estamos haciendo ciencia desde el más alto nivel y descubriendo conocimientos que esperamos mejoren la calidad de vida de las personas”.
Eugenia Guzmán V.