«Siempre quise servir a las personas y superé todos los obstáculos para lograrlo»

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A los 12 años esta joven trasandina cruzó Los Andes junto a sus padres, quienes buscaban un futuro mejor para su pequeña hija, dejando atrás en Argentina a dos hermanos ya mayores, y al resto de su familia.

Declara que adaptarse se hizo difícil en un principio, debido al Bullyng en el colegio, desde esa época Flor Cifuentes Parra, demostró el empuje y ganas de avanzar que la han caracterizado y que en la actualidad dan cuenta de la increíble mujer, madre, esposa y profesional que es.

Con un acento que mantiene y que se mezcla con chilenismo confiesa que hoy está feliz en nuestro país y su principal motor de vida es su hijo “Fui madre muy joven y eso me hizo ser más disciplinada de lo que ya era, para cumplir mis metas. Así cuando terminé la enseñanza media, mientras otros jugaban o podían salir, yo tenía a mi hijo y estaba muy deseosa de criarlo”, por lo cual a pesar de que sus padres la matricularon para estudiar en la Sede de la Universidad Arturo Prat de Victoria, decidió volver a Argentina, criar a su hijo y retornó a Chile cuando tenía como un año “.

VOCACION

Señala que tiene recuerdos de los 3 años donde ya le gustaba el área de la salud y ayudar a las personas, “Cuando era pequeña siempre sentí el interés de ser alguien que sanara a otros y jugaba con mi familia a la enfermera, siempre me gustó y esto fue permanente en el tiempo”.

Por ello una vez que regresó a Victoria con su pequeño retoño, decidió volver a su segundo amor la salud, y específicamente estudiar la carrera de Enfermería en la UNAP, debiendo asumir muchas responsabilidades.

Así con tres papeles a la vez, pero con un impulso que muchos desearían, Flor se dedicó sus años de universidad a criar a su hijo, estudiar y trabajar para salir adelante, con el apoyo incondicional de sus padres. “Fue una etapa difícil donde para cumplir con todo lo que quería hacer terminaba rendida, pero miraba la carita de mi hijo Santiago, y sabía que tenía que seguir “.

 

UNIVERSIDAD

Agrega que en esos años de vida universitaria adquirió el sello que tiene todo profesional UNAP y que básicamente desarrolla aptitudes y actitudes enmarcados en los principios de equidad, respeto a la diversidad y calidad, mediante un aprendizaje significativo para el logro de todos los objetivos a lo largo de la vida.  “La UNAP para desempeñarme en el campo laboral me entregó conocimientos, pero además habilidades comunicativas, aprendí a trabajar en equipo, adquirí autonomía, perseverancia y constancia, desarrollé mi creatividad e ingenio, pero también desarrollé la humildad, el respeto, la autocrítica y pude valorar la importancia de la autoformación continua”.

De esa época, rescata la calidad de la docencia, los valores institucionales, y el modelo educativo que aportaron de manera relevante tanto en su formación como a la de sus compañeras y compañeros y que ha repercutido en su excelente desempeño laboral.

Con relación a sus recuerdos durante esta época universitaria, Flor afirma, “Me acuerdo claramente de mi paso por el “Hospital Clínico Infantil simulado UNAP”, el cual se realizaba en los laboratorios y donde se representaba una práctica clínica. Actuábamos como si estuviéramos con pacientes reales, lo cual destaca en ese periodo la creatividad de los docentes y su capacidad para captar nuestro interés, utilizando estrategias que fueron fundamentales en conocimientos teóricos y prácticos, en el desarrollo de habilidades personales, como también en la actitud y seguridad para enfrentarme a diferentes situaciones de la vida laboral”.

DE ENFERMERA A JEFATURA

Hoy está viviendo en Lautaro junto a su hijo que ya tiene 16 años, acompañada por quien es su esposo desde hace tres, y lleva ya 4 años trabajando en el Hospital Dr. Dino Stagno Maccioni de Traiguén, como Enfermera jefe y Coordinadora de la Unidad de Diálisis. “Sin duda, uno de mis mayores desafíos fue asumir en agosto del año 2017 esta jefatura, cuando solo llevaba 2 años titulada y estaba trabajando como enfermera clínica en la Unidad de diálisis en el Hospital de Lautaro. Postulé y gané este cargo durante la puesta en marcha de la Unidad de Diálisis del Hospital de Traiguén, sin experiencia alguna, pero con muchas ganas y la mejor voluntad”.

Aclara que el proceso no fue nada fácil “fueron 4 meses muy intensos y estresantes, pero finalmente el 18 de diciembre del 2017 inauguramos la Unidad de Diálisis, muy esperada y necesaria para los pacientes que residen en esta Comuna y que tenían que viajar durante horas a los centros de diálisis de Victoria, Collipulli y Angol para su tratamiento dialítico”.

Respecto a los cambios que ha vivido desde que comenzó a trabajar añade “He crecido de manera paralela en el ámbito profesional como personal, pues creo que un profesional siempre debe explorar nuevas áreas, ampliar y actualizar conocimientos, es decir, mantener una formación continua, más aún en el área de la salud donde trabajamos con vidas y tenemos una tremenda responsabilidad en la calidad y ejecución de los cuidados a nuestros pacientes. Además, no solo hay que ampliar los conocimientos, sino también humanizar la atención que entregamos, ser empáticos, solidarios y brindar un trato digno, manteniendo sobre todo el respeto no sólo a nuestros pacientes sino también entre nosotros mismos como profesionales”.

PANDEMIA

Frente a la pandemia declara la profesional que ha sido una etapa muy compleja “Lo más difícil fue enfrentar este virus desconocido y adaptarse a los cambios, incorporando nuevas estrategias para mitigar los efectos del COVID-19. Tuvimos que crear protocolos y modificar por completo la forma de trabajar en nuestra Unidad. A nivel personal tampoco fue fácil, ya que detrás mío hay un tremendo equipo de profesionales con una calidad humana enorme, que día a día han entregado lo mejor de sí en sus distintas funciones, pero la sobrecarga laboral, el estrés constante y el cambio hasta en nuestros estilos de vida pasa la cuenta y de un modo u otro, afecta la salud mental sobre todo en los equipos de salud que son la primera línea”.

Destaca que ahí justamente es donde una jefa o jefe debe priorizar el bienestar de su equipo, escuchar y dar atención a las necesidades de cada uno de las y los integrantes, entregándoles contención para seguir adelante, a pesar de que muchas veces las fuerzas se agotan. “Es importante reconocer el compromiso y la buena voluntad de las y los funcionarios, ya que son indispensables dentro de un equipo. Valorar y aquilatar su trabajo a pesar de las dificultades, es vital para la unión. Hoy a más de un año del inicio de la pandemia, puedo decir orgullosa que el secreto para enfrentar esta difícil situación para nuestro equipo fue el mantenernos unidos siempre, apoyándonos, animándonos y sobre todo escuchándonos, de ese modo logramos entregar bienestar, seguridad y atención de calidad a nuestros pacientes”.

 

FUTURO 

A futuro, recalca que le encantaría explorar el área de la docencia y de la investigación, “son dos áreas de la Enfermería que aún no he experimentado y serán un nuevo desafío para mí a mediano plazo”. 

Asimismo, porque quiere seguir aprendiendo actualmente está cursando un Magister en Nefrología y Diálisis con el objetivo de entregar a través de la docencia sus conocimientos a las nuevas generaciones que quieran especializarse en el área. “Creo que sería bueno que las universidades estatales implementaran en su malla curricular la especialidad en Diálisis, ya que en la actualidad se ha incrementado de manera abismante el porcentaje de pacientes con Enfermedad Renal Crónica Terminal y, por ende, la creación de nuevos centros de diálisis en Hospitales públicos debido a la alta demanda de cupos. Además, esto también podría ampliar el campo laboral de la enfermería”.

Finalmente, precisó que su consejo para las nuevas generaciones es que siempre crean en sí mismos y en sus capacidades, “nunca dejen de perseguir sus sueños, porque en la vida todo es posible con esfuerzo y perseverancia”.

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