La productividad laboral es un indicador económico importante, estrechamente vinculado al crecimiento, la competitividad, y el nivel de vida de los países.
Por ello, sin duda, cuando en enero de 2019 el Gobierno informaba a los chilenos que tras 13 años de números negativos la productividad había crecido, aunque no todos entendieran que significaba, la verdad es que las nuevas cifras reflejaban un cambio esperado en el sector.
Así en el informe entregado por el ministerio de Hacienda, se indicaba que durante el 2018 aumentó la fuerza de trabajo en un 1,3%, producto de la migración registrada entre el 2012-2017 que tenía una mayor proporción de participación en el mercado laboral, es así como se indica que el 81% de extranjeros estaban trabajando o buscando empleo, mientras que sólo el 61% de la población local lo hacía.
De acuerdo al Dr. Óscar Sjöberg T., Director de investigación, Innovación y Postgrado de la Facultad de Ciencias Empresariales, la productividad se calcula dividiendo el producto interno bruto entre el número de horas productivas, ambos conceptos por unidad de tiempo, ejemplo: trimestral, semestral, anual.
Al respecto el especialista afirmó “No existen cifras disponibles para la región, aunque Tarapacá presenta al igual que el resto del país, una muy baja productividad. Además no hay pronósticos, para mejorar este indicador económico ya que se debe trabajar con muchas variables como: educación, capacitación, eficiencia administrativa de los servicios que influyen en las empresas, entre otras, las cuales se pueden mejorar, pero en un proceso que generalmente es a largo plazo”.