Guido Cerda Silva
Director Carrera de Psicología
Cuando nos preguntan acerca de nuestros hábitos saludables en la vida, nos da vuelta en la cabeza la idea del ejercicio o una dieta sana, a lo cual difícilmente accedemos en la cotidianeidad de nuestro día a día. El problema es más complejo, cuando nos preguntan por nuestros hábitos saludables en el trabajo ¿qué tanto nos cuidamos en el espacio laboral?
Si comenzamos a hacer consciente el tiempo que estamos en el trabajo, tendríamos que señalar que un tercio del día es parte de la jornada laboral. En un promedio de 8 a 10 horas diarias, debes considerar el tiempo que inviertes desde que despiertas y estás pensando en el trabajo, hasta el tiempo que gastas en regresar a casa, cuando por fin te “desconectas”. Sin embargo, en algunos casos, esto último continúa en el espacio de descanso. Por tanto, el tiempo de nuestro día en el trabajo, comienza a ser mayor que las horas remuneradas, y nuestra mente no logra desprenderse 100% de las funciones durante un buen periodo de tiempo.
Esta inversión de tiempo que entregamos a nuestros quehaceres laborales, son intensos y nos deja poco tiempo para intentar responder la pregunta que nos planteamos al inicio de este artículo. Es por esto, que intentaré ayudarte con algunas ideas que puedas incorporar a tu vida y que disminuyan el desgaste diario que tienes en el trabajo.
Quizás hayas descartado el ejercicio como una opción en tu vida. Pero no pienses que ir al gimnasio o salir a correr por la ciudad es la única manera de ejercitarte. En tu trabajo, puedes sacar provecho a sus instalaciones. Sube escaleras cuando necesites ir a algún piso superior o en vez de enviar documentos con las personas a cargo, intenta llevarlos tú mismo/a, de esa manera activas tu cuerpo con pequeños esfuerzos diarios.
Para fortalecer aún más el cuidado del hábito saludable, intenta hacer uso de una dieta adecuada. Si esta palabra ya te genera terror, no estoy hablando de pasar hambre. Preocúpate por ordenar los tiempos de comida y de esa forma, ya estarás mejorando tu calidad de vida.
A pesar de lo mencionado, mi profesión no me habilita para profundizar más allá de los consejos entregados sobre ejercicio y dieta. Sin embargo, te puedo ayudar en cómo disminuir el estrés de tu quehacer laboral. Intenta practicar ejercicios de respiración en tu oficina. No toma más de 5 minutos y verás cómo recuperas energía para continuar tu día. Una de las ventajas de estos ejercicios, es que puedes hacerlos en cualquier lugar donde te sientas cómodo/a.
Otra estrategia que puedes considerar, son los tiempos de sueño. Si ya te encuentras con niveles de estrés elevados, debes estar sufriendo de problemas para dormir, como despertarte a la mitad de la noche o incluso dificultades para conciliar el sueño. Para ello, puedes trabajar ejercicios de relajación antes de dormir o procurar tener suficientes horas de descanso que permitan a tu cuerpo acostumbrarse.
Si ya has intentado la relajación antes de dormir, y crees que no es lo tuyo, intenta disminuyendo los estímulos que te activen cuando estés apunto de dormir. Por ejemplo, ver noticias muy graves o situaciones que puedan relacionarse con tus problemas personales. Intenta que el tiempo antes de dormir, sea lo más placentero posible.
Cuando dejamos de lado nuestros hábitos saludables en el trabajo, comenzamos a sufrir algunos síntomas de enfermedades asociadas al estrés. Lamentablemente, no podemos tocar o darle una forma al estrés, sin embargo, se presenta a través de otras enfermedades, como el colon irritable, problemas de sueño e incluso dificultades de memoria. Todas estas características que a veces enfrentamos en el día a día, las pasamos por alto y naturalizamos evadiéndolas con medicamentos para cada una. Si logramos darnos cuenta que, podemos disminuir el estrés u otra problemática laboral por medio de nuestros hábitos saludables, comenzaremos a preocuparnos realmente de nuestra salud.
Por último, no olvides que tus metas personales no sólo son laborales. Tus metas familiares o sociales son tan importantes como el trabajo. Toma un tiempo y ordena tus prioridades, no siempre el trabajo debe estar en la primera opción. De esta manera, tendrás mayor claridad sobre cómo cuidarte y qué estás haciendo con tu vida para cuidarla.