Guido Cerda, Director de la Carrera de Psicología
En distintas ocasiones, he tenido la oportunidad de realizar intervenciones en empresas o instituciones de la región, y algo que me ha llamado la atención en estas visitas, es cuando debemos hablar y debatir sobre igualdad de género y los estereotipos. Algunas reacciones son de curiosidad, algunos con temor prestan atención y otros sólo observan con mirada suspicaz.
Es natural esperar este tipo de comportamiento de las personas, puesto que la discusión de género se ha instalado en nuestro país, en donde las empresas no se encuentran ajenas a las movilizaciones nacionales. Quizás algunos y otras se preguntarán ¿Cómo la igualdad de género afecta a las organizaciones?… déjame decirte, que tiene mucho que ver.
Actualmente en Chile, muchos de los espacios laborales que existen, mantienen ciertos estándares de contratación y brindan la primera base del cambio cultural. A pesar de existir normativas internacionales para las cuales nuestro país ha ratificado su compromiso, es un hilo muy fino de cruzar cuando caemos en elementos discriminatorios.
Los estereotipos de género son construidos socialmente, es decir, lo que se espera del comportamiento de un hombre o una mujer, son acuerdos sociales que se perpetúan en el tiempo y olvidamos que somos capaces de cambiarlos. Sin embargo, muchas veces el cambio, genera resistencia en aquellas personas que prefieren mantener todo tal cual está.
Parte de la naturaleza del ser humano, es el cambio y la curiosidad por nuevos comportamientos, en donde el crecimiento de la sociedad se ha sostenido en base a los acuerdos de las conductas entre las personas. Esto mismo, es equivalente a los estereotipos de género. Hemos consensuado (sin decir una sola palabra) cómo deben comportarse los hombres y las mujeres. Por tanto, es ese comportamiento el que debe “ajustarse” a lo que es aceptado.
Una de las dificultades de ajustar nuestro comportamiento, es que se limitan las oportunidades crecimiento de las demás personas y negamos la existencia de la diversidad de habilidades y características del ser humano. Frente a este conflicto, el funcionamiento de los puestos de trabajo en base a estereotipos de género, pone a las organizaciones como un elemento central de cambio cultural.
De esta manera, al concentrar a las instituciones y empresas como un eje de cambio, es posible evidenciar que la responsabilidad social no sólo considera la imagen corporativa y su vinculación, sino que también las conductas que se establecen dentro del espacio laboral y que se replica en la vida cotidiana. Es relevante recordar que, la legislación de nuestro país, nos mantiene un periodo promedio de 8 a 9 horas de trabajo diario. Por tanto, es posible preguntarnos ¿tiene la organización un rol protagónico en los cambios? Sin duda, las relaciones interpersonales que sostenemos en estos periodos de tiempo, nos permiten abrir nuevos espacios reflexivos.
Al momento de visibilizar la existencia de estereotipos de género en los puestos de trabajo, es posible dar pie a los primeros cambios que fortalezcan la igualdad de género en las organizaciones, lo cual implica, oportunidades de crecimiento profesional, eliminación del techo de cristal y la promoción de políticas de conciliación laboral para hombres y mujeres.
Establecer la igualdad en la empresa por medio de la conciliación, requiere un diagnóstico claro del estado actual de la empresa. Revisa cuántos hombres y mujeres trabajan en la organización y evidencia los métodos por los cuales las personas pueden ascender en sus puestos de trabajo.
Si quieres hacer cambios, debes preguntarte, ¿Qué estrategias podemos utilizar para lograr la igualdad de género en las organizaciones? Sin duda, no tendrás modificaciones de un día para otro, pero iniciarás una nueva etapa de cultura organizacional. Promueve los periodos de pos natalidad tanto a mujeres como a hombres. Te llevarás una sorpresa si les preguntas a ellos si desean invertir tiempo con sus hijos. El eliminar el rol del cuidado de la familia sólo a las mujeres, ya comienza a brindar nuevas oportunidades de crecimiento laboral a ellas, así como generar un vínculo por parte del padre en el hogar.
Otra oportunidad de intervención ágil es conocer un poco más de tus trabajadores ¿Cuentas en tu empresa con padres o madres que cuiden solos a sus hijos? ¿Son sus únicos cuidadores? Sin duda el tiempo de preocupación hacia su familia es considerable y si permites ciertas flexibilidades, generarás mayor compromiso hacia tu organización. Pequeños cambios, como el horario de inicio de sus funciones o en ocasiones de emergencia una salida temprana, son el éxito en tus relaciones laborales.
Tal como mencionaba al comienzo, para algunos la igualdad de género en las empresas, es vista como un elemento amenazador. Sin embargo, en ella es posible encontrar una oportunidad de desarrollo empresarial, ventaja competitiva, responsabilidad social de la organización y un reconocimiento a la fuerza laboral de la mujer en las empresas, la cual no es medida en su rol de cuidadora en el hogar.
Recuerda, que la diversidad de una empresa está en sus personas y no siempre en sus productos. Es en esta diversidad, donde encontrarás las mejores herramientas de innovación y creatividad para el futuro de la organización.